Objetivo recuperación: una apuesta por el sistema alimentario III
El anuncio del Plan de Recuperación del Gobierno Español confirma que uno de los sectores beneficiarios de las ayudas de la Unión Europea frente al coronavirus es el alimentario. Una vez repasados en los anteriores artículos de esta serie el contenido adelantado por el Ejecutivo, creemos interesante completar dicha información con el análisis del documento de la CEOE, hecho a instancias de Moncloa, y que también aborda la necesaria transformación del sector primario.
El documento de la patronal comienza haciendo un diagnóstico de los debes de la red agroalimentaria española, imprescindible para lograr mejoras significativas. Una red que define como fragmentada, con muchos intervinientes (unas 30.000 empresas y 300.000 agricultores/ganaderos/pescadores). Tampoco ayudan, a su juicio, la dispersión geográfica y la España vaciada, al igual que la alta proporción de pymes y una elevada necesidad de sincronización. Se señala que el valor añadido generado por el sector es relativamente bajo en dichas categorías, en comparación con países competidores agroalimentarios europeos. A esto se une que la demanda social de más información al consumidor y en alimentos, así como seguridad alimentaria y su trazabilidad no hacen sino crecer. Así mismo, se señala el elevado desperdicio alimentario a lo largo de la cadena, que supone un tercio del volumen total y la creciente exigencia social de avanzar en sostenibilidad medioambiental y social (ODS).
Frente a todo ello, se busca la digitalización integral de la red agroalimentaria “Farm to fork” alineada con políticas de la UE, mejorando el vínculo consumidor-producción, y la sostenibilidad ambiental del sector y el alineamiento con los ODS. El fomento de la innovación, la tecnología y la economía del conocimiento y la obtención del liderazgo internacional de España como referente, tanto en empresas tecnológicas Smart Agro como en sector agroalimentario innovador y competitivo, son otros retos apuntados.
Beneficiarios
Los colectivos destinatarios de las ayudas, según el documento de la CEOE, engloban a todos los agentes de la cadena de valor del sector. Así, se señala a los productores del sector primario (sector productor agrícola en todos sus segmentos, ganadería, pesca, acuicultura, cooperativas de primer y segundo grado, cofradías, así como otro tipo de asociaciones y agrupaciones y federaciones del sector primario), a la industria auxiliar (fabricantes de abonos y fertilizantes, fabricantes de fitosanitarios, fabricantes de maquinaria agrícola, fabricantes de semillas, semilleros, viveros y ámbito veterinario). industria transformadora en general, logística y de transporte y comercializadora (mayoristas, Mercas, distribuidoras y comercializadoras, Retail), al sector salud vinculado a la alimentación y nutrición, seguridad alimentaria y salud animal, restauración / turismo agroalimentario, asociaciones de consumidores y usuarios, técnicos, asesores, laboratorios, ámbito académico e investigador, centros tecnológicos, empresas AgTech y empresas del sector del conocimiento vinculadas al sector.
Ámbitos, líneas e iniciativas de inversión
El proyecto de actuación propuesto se basa en cuatro ámbitos de inversión concretas, integrados por diferentes líneas de actuación. El primero, digitalización integral, apuesta por poner a disposición del ecosistema Smart Agro el big data relacionado con la actividad y acumulado por las diferentes administraciones. Además, busca profundizar en la consolidación de estándares e interoperatividad para favorecer la colaboración e integración digital, y diseña la hoja de ruta para alcanzar la digitalización por áreas operativas, comenzando por la producción primaria y continuando por la industria transformadora y la mejora de la experiencia de los consumidores, así como la profundización en el control digital de la PAC, entre otras propuestas.
El segundo ámbito, sostenibilidad ambiental, pretende acciones concretas de economía circular, como valorización de embalajes y residuos, y potenciación de la sostenibilidad medioambiental y ODS, con, por ejemplo, la mediación de las huellas de todos los procesos. A través del tercer ámbito, fomento de la innovación, se propugna la evangelización digital en todos los niveles y perfiles de la red, la promoción del ecosistema de soluciones digitales Smart Agro y el empuje del turismo agroalimentario. Por último, el documento de la CEOE pretende alcanzar el liderazgo internacional, cuarto ámbito, mediante la internacionalización y potenciación de la estrategia Smart Agro (comparándola con las actuaciones desarrolladas en otros países de éxito), el establecimiento de alianzas y potenciación de la diplomacia económica, así como el fomento de la inteligencia competitiva y colaborativa con otros ecosistemas mundiales y la identificación de los nichos de mercado con mayor potencial.
El citado documento concluye que es necesaria la cooperación público-privada en la implementación de este ambicioso proyecto, e insta a la participación de los agentes implicados (pymes y autónomos, empresas y organizaciones empresariales) y la co-gobernanza entre los diferentes niveles de la administración, desde la estatal a la de mayor proximidad.