22 abril 2024

Capital Verde Europea

Antonio García Celda, Director General de València Capital Verde Europea, pretende, desde el liderazgo obtenido con la nominación de su ciudad en 2024, convertir València en un espacio mejor para que sus habitantes puedan disfrutar de un entorno sano y sostenible en el futuro. En el contexto del Día Internacional de la Madre Tierra, García Celda apela a la responsabilidad de todos y a la integración de la sostenibilidad en el día a día de los ciudadanos. Este, precisamente, es uno de los objetivos de la Capital Verde: “que la ciudadanía entienda que puede integrar la sostenibilidad, igual que se ha hecho con la tecnología y la innovación, de forma sencilla”. Aborda estos y otros temas durante la entrevista que ha tenido la amabilidad de conceder a Kiwa España a través del equipo de Mods.

P: ¿Qué significa ser Capital Verde Europea para una ciudad como València?

R: Una responsabilidad. Es una oportunidad, pero es una gran responsabilidad porque de repente todo el mundo te está mirando, te está observando. Te observan para bien, porque eres el ejemplo, la referencia de lo que quieren hacer en los años venideros. Y también porque estás mostrando cómo has llegado a ser esa referencia. Todos estos ojos observan los proyectos ya realizados, tu estado actual y los siguientes pasos a dar. Con el objetivo o la responsabilidad de hacer algo que sea diferencial, que sea producto de todo este año y de, gracias a recibir este galardón, mostrar que no solo nos conformamos con el estado actual, sino de seguir mejorando el día a día de la ciudad.

Es una distinción que es bien recibida, que te ilusiona, que agradeces, pero tienes la responsabilidad de hacerlo muy bien, porque esos mismos ojos que agradecen están observando y no podemos defraudarlos, ni a ellos ni a la propia ciudadanía, que es para quién hacemos las acciones.

P: ¿Los objetivos de València Capital Verde Europea están de alguna forma enfocados en el ciudadano?

R: Los objetivos se dividen en tres partes, aunque de alguna forma todas se enfocan en el ciudadano. Hay una primera acción que tiene que ver con el área de gobierno de la ciudad, la gobernanza de la ciudad. Todas las ciudades a nivel mundial han empezado a trabajar con la tecnología desde años atrás, se digitalizan y hacen que los procesos sean más sencillos y más accesibles. Pues de la misma forma, la sostenibilidad tiene que llegar a todos los departamentos de un Ayuntamiento.

Que no se haga una acción sin pensar en qué impacto tiene, cómo se puede compensar, si ayuda o no a mejorar el entorno… El Ayuntamiento de València tiene 150 servicios, y en cada uno de ellos piensan en tecnología y piensan en sostenibilidad.

La segunda, la ciudadanía, porque hacemos las cosas por ellos, pero también queremos hacerlos partícipes. Buscamos ese “por y para ellos”. Según la Organización de las Naciones Unidas, el 54% de la población vive en entornos urbanos, y en 2050 cerca del 68% vivirá en entornos urbanos. Entonces, si tienes en cuenta que el 70% de residuos se genera en las ciudades, que el 40% de la energía viene de las ciudades... Para poder estar en una ciudad que acoja a tantas personas y que sea saludable, necesitas que la ciudadanía decida cómo quiere que sea esa ciudad.

La tercera parte sería la cooperación entre la administración pública, las empresas y la ciudadanía para poder desarrollar todas las actividades y objetivos. Esta cooperación público - privada es necesaria. Estos son 3 puntos sobre los que se basan nuestros objetivos: gobernanza, ciudadanía y colaboración público-privada. Para conseguir tener una muy buena Capital Verde Europea es necesario contar con una hoja de ruta que pase por estas tres partes.

P: ¿Cuáles cree que son los principales retos a los que se enfrenta la ciudad al convertirse en Capital Verde Europea?

R: Retos o proyectos, ¿no? Lo podemos ver las dos maneras. El reto es, al final, mejorar nuestro entorno. La ciudad de València tiene 7,5 metros cuadrados de espacio verde por cada uno de los ciudadanos, de media. Uno de los retos es crear más espacios verdes en esos barrios en los que hay menos. Y de forma global, tenemos una hoja de ruta para 2050, el Plan Verde y de la Biodiversidad de la Ciudad, con el que pasamos a tener más de 11,64 metros cuadrados de espacio verde por habitante, que es el objetivo.

¿Por qué? Porque la Organización Mundial de la Salud te dice que a partir de 10 metros cuadrados por habitante la situación es muy buena. ¿Cuánto tiempo pasa desde que un vecino sale de su casa y llega a un jardín? Tenemos cifrado que andando son máximo 5 minutos y en metro o autobús, como máximo 300 metros. Eso es un condicionante, pero nuestro reto es que sea mejor. Es decir, que salgamos a más de 7,5 de metros cuadrados media, que los parques no queremos que solo sean parques, sino que sean parques de calidad. También tenemos un proyecto de descarbonización de la ciudad con el compromiso de reducir en un 80% las emisiones de la ciudad en 2030.

Nuestro reto es tratar de educar un poco para que la ciudadanía entienda que puede integrar la sostenibilidad, igual que se ha hecho con la tecnología y la innovación, de forma sencilla. Y que cuando vean que no cuesta y que tiene un impacto positivo, que poco a poco se vaya asentando más.

Por ejemplo, esta camiseta y esta chaqueta que llevo son de plástico reciclado. Es verdad que es un poco más cara que la ropa habitual. Pero, ¿y si te digo que no la tengo que planchar? Que le puedo dar más usos antes de lavarla, porque no se mancha, que no se arruga, que transpira más… Igual si piensas en que tiene una ventaja, sí que estás dispuesto a hacer ese incremento de prepago porque sabes que después estás ahorrando dinero o te ofrece mejores resultados.

Es otra forma de hacerlo, que se hagan estos cambios, aunque no sean motivados por lo sostenible, sino por una cuestión económica, pero lo importante es que se hagan, ¿no? Pues de eso se trata, sin radicalismos, que la gente vaya viendo que podemos trabajar con la sostenibilidad para mejorar nuestro entorno, de forma sencilla.

P: ¿Las acciones que se van a llevar a cabo desde València Ciudad Verde Europea se centrará en la ciudad de València o incluirá también al resto del área metropolitana?

R: Esta es una de las cosas sobre las que nosotros, como ciudad, tratamos de ser realistas. No tiene sentido que hagamos muy bien las cosas en la ciudad, pero ¿la ciudad acaba cuando cruzamos una acera y estamos en Mislata? ¿Eso ya no es València? No tiene mucho sentido. Una boina de contaminación no depende una estructura jurídica, depende de un área concreta y de cómo esa área interactúa, para bien y para mal. La Capital Verde Europea nos la dan a València, pero igual que somos faro de Europa, tenemos que tratar de aunar en nuestras políticas de sostenibilidad a todo nuestro entorno. Esto es la provincia de València, la Comunidad Valenciana, España... Y por eso le pedimos al Estado facilidades jurídicas, que nos hagan evento especial de interés público para que las empresas que quieran colaborar puedan hacerlo. Que sea sencillo trabajar con la Capital Verde Europea. Y no se lo pedimos solo a las empresas de València, se lo pedimos a las del Perellonet, a las de Alicante, a las de Galicia. Es una cuestión que es para todos, por eso decía que no se enclava solo en la ciudad de València. Es una visión europea y, por tanto, es una visión regional y también nacional.

P: València también ha sido reconocida este año como Ciudad Arbórea del Mundo debido a la buena gestión de las zonas verdes y el arbolado, ¿se seguirá trabajando en su promoción?

R: Las fortalezas de la ciudad de València para ser Capital Verde Europea son cosas que, a lo mejor, en otro tiempo no se reconocían como cosas buenas porque no nos permitían crecer como ciudad. Estábamos rodeados de una huerta, que es una gran despensa, una ventaja, pero en su momento limitaba la expansión de la ciudad. También el mar, la albufera y un río que dividía la ciudad. Todas estas cosas las hemos hecho fortalezas y ahora son nuestras cuatro grandes bazas: la gran despensa – la huerta valenciana –, el parque lineal verde más largo de Europa, que oxigena la ciudad, pero además es un espacio de disfrute, para correr o pasear.

La ciudad de València como ciudad arbórea es un reconocimiento que cada año deberíamos llegar a validar. La Capital Verde solo se puede ganar una vez, pero la ciudad arbórea podemos llegar a serlo más veces. ¿Cuál es el objetivo? Trabajar para que en los próximos años València siga estando ahí. No queremos continuar siendo una buena ciudad, queremos ser una mejor ciudad cada vez.

P: Ya hemos hablado de varios proyectos que se van a llevar a cabo desde València Capital Verde Europea, pero si quieres contarnos alguno más…

R: Uno de los proyectos emblemáticos de la Capitalidad es el Parque de Desembocadura, que es el tramo del río Turia que se corta porque pasan unas vías del tren. Hemos solicitado al Estado y al Corredor del Mediterráneo que nos ayuden a soterrar las vías para poder seguir expandiendo el cauce del río Turia, pero mientras tanto, vamos a actuar en la otra parte.

Es un parque que son 10.000 metros cuadrados que recuperaríamos de espacio verde para la ciudad, además en un barrio más olvidado, lo cual también es un reconocimiento para ellos. También tenemos el parque central, que son 90.000 metros cuadrados de espacio verde, que juntos con los 10.000, son unos 100.000 metros cuadrados que la ciudad recibe de pulmón verde que se suma al resto de espacios que ya tenemos.

P: Y todo lo que ello supone también en cuanto a la mejora de la calidad del aire…

R: Claro, como ocurre también con mODS, cuando hablamos de ODS al final la ciudadanía lo que entiende es hablar de salud.  Convencemos a gente que no cree en la sostenibilidad a través de otros beneficios para que se sume, pues bienvenido sea, si al final conseguimos el fin que queremos. Cuando armonizamos todo en un idioma común como si fuera el esperanto de la salud, nos llega a todos por igual, porque los condicionantes de una ciudad en términos de salud son muy equitativos para todos.

Ese espacio verde que recuperamos no es solo una cuestión de CO₂, que sí, por supuesto, pero también es una cuestión de salud mental, poder hacer ejercicio, poder jugar en un parque… todo ese tipo de cosas que son condicionantes del día a día y que mejoran nuestra calidad de vida. Los espacios verdes hacen que la ciudad mejore, mejora la movilidad sostenible, compensamos con el árbol que plantamos, porque será un captador de CO₂ que compensará la actividad de la ciudad.

Porque cuando nosotros decimos que vamos a descarbonizar las ciudades no quiere decir que la ciudad no consuma, la ciudad consumirá. Pero el objetivo es compensar ese consumo por otra parte para que el balance sea cero. Todo este tipo de cosas nos permiten vivir en un entorno más saludable, mejor.

P: Hemos hablado antes sobre el turismo sostenible, ¿es también uno de los proyectos?

R: Uno de los principales objetivos es que venga el turismo, pero que venga de una forma determinada. Nosotros tenemos un turismo que es sostenible, hemos creado dos rutas más por la ciudad para que se vea lo bonita y verde que es la ciudad, y además vincula sus espacios culturales. Al mismo tiempo queremos cuantificar qué impacto tiene el turismo en la ciudad.

Al final, cuando viene un visitante, queremos que sea como un valenciano temporal, queremos que se sienta a gusto, que se sienta como nosotros, pero queremos cuantificar su impacto en la ciudad. Su impacto económico, que es lo que se hacía hasta ahora, pero también ese impacto a nivel de sostenibilidad para saber cómo podemos actuar y minimizarlo.

Yo soy ingeniero y estas cosas de los datos me gustan, porque sin datos no sabemos cómo tenemos que actuar, pero una vez tenemos la información ya podemos decidir qué hacer con ella. A partir de ahí podemos planificar actuaciones a medio o largo plazo de cara a la ciudad que queremos para el día de mañana. Y la ciudad que queremos para el día de mañana la queremos para el ciudadano de aquí, pero también con ese visitante que viene a vernos.

P: Poder medir y cuantificar es fundamental para desarrollar estrategias de sostenibilidad, pero no solo en el ámbito del turismo, sino en todos los demás, ¿no?

R: Sí, nosotros hacemos política, pero la política siempre a través de los informes que hacen los técnicos. Necesitamos los datos, los trabajamos y a partir de ahí tomamos la medida. Luego también medimos el impacto de la medida para saber si hay que hacer algún tipo de corrección, y la hacemos. Porque los datos que te dicen si la acción está funcionando o no, y si funciona bien, también sirve para escalarlo y llevarlo a otras zonas de la ciudad. Es esencial.

P: ¿Cómo puede la ciudadanía participar en los proyectos de València Capital Verde Europea?

R: Lo primero es contribuir, no solo en la Capital Verde, sino en el día a día, con ropa reciclada, o consumiendo alimentos de proximidad. Porque la naturaleza es muy inteligente y en cada época del año te da una serie de productos. Pues seamos más conscientes de ello y utilicémoslo de acuerdo a la realidad y a dónde estamos. Tampoco te voy a decir que no cojas el coche, pero hazlo de forma sensata. Si tienes un transporte público que llega hasta el centro de la ciudad de forma sencilla, te ahorras el tener que estar dando vueltas para aparcar y puedes moverte a un coste reducido. Pues con todo igual.

También a través de la Capital Verde queremos trabajar en la educación y concienciación de la ciudadanía en sostenibilidad. Hemos destinado 500.000 euros del área de participación, solo para las pedanías de València, para probar proyectos de sostenibilidad.

El alcalde pedáneo, conociendo la idiosincrasia de cada pedanía en función de su localización y características, propone tres proyectos relacionados con la sostenibilidad y la ciudadanía va a poder elegirlos, con el objetivo de poder ponerlo en marcha y hacer partícipe a los ciudadanos. Si luego el proyecto funciona, se podrá trasladar a otras zonas de la ciudad o a otras pedanías.

Trabajamos para la ciudadanía, pero también con la ciudadanía, y este es un ejemplo. La Capital Verde Europea también es esto. Hacer grandes acciones, como un Parque de Desembocadura, pero también tiene que haber acciones más pequeñas que salgan de la ciudadanía.

P: Como decías antes, en el año 2050 casi el 70% de la población vivirá en zonas urbanas, con lo cual, mejorar la sostenibilidad de nuestras ciudades es un imperativo.

R: Si tienes en cuenta que el 40% de la energía lo consumen las ciudades y que casi todos vamos a vivir en estos entornos… Hay que hacer algo. Hay que cuidarlo. Tenemos que empezar ya. València está en esa línea de, no solo proteger y cuidar su ciudad, sino de conocer el entorno y ser un ejemplo para todo el planeta. Que entre todas las ciudades tengamos la responsabilidad de decidir cómo queremos que sea nuestro planeta. Hay 112 ciudades europeas que asumieron el reto de descarbonizarse, pero no en 2050 sino en 2030. València es una de las ciudades que asumió ese reto y Europa ha dicho que hay diez que lo están haciendo muy bien, una de ellas es València. Y de esas diez, cinco son españolas. Eso es porque funcionamos en red. Creo que será una de las cosas que intentaremos sacar desde la Capitalidad Verde Europea.

Vitoria, que lo fue en 2012, nos ha dado consejos. Nosotros, además de ser la segunda ciudad española, somos la primera del mediterráneo y daremos consejos a otras ciudades como la nuestra el día de mañana. Para poder llegar a ese entorno de 2050 y que vivamos, pero que vivamos bien. Queremos establecer un idioma común para hablar de esas necesidades comunes relacionadas con cómo tienen que ser las ciudades del futuro y elaborar una carta de intenciones, queremos que nazca desde València, para el día de mañana. Ayudar a los demás a definir como tienen que ser esas ciudades sostenibles.

Ser Capital Verde Europea es una responsabilidad desde el punto de vista de querer hacerlo bien para tu ciudad, pero también de tratar de hacer que todos trabajen de la misma forma y vayamos hacia el mismo objetivo: ser más sostenibles.

Si estamos en un mercado global, para lo bueno y para lo malo, esa huella la formaremos todos. Nosotros podemos tratar de ayudar a que los demás también traten de asumir su responsabilidad e intenten mejorar. Primero para sus ciudadanos, y segundo si hay algo que por tecnología o conocimiento o costumbres no tienen, nosotros tratemos de ayudarles. Un poco de proselitismo, en este caso no a nivel de religión, pero sí a nivel de sostenibilidad y de mejora del entorno.

P: Hablando de la importancia de cuidar de nuestras ciudades y nuestro planeta y en contexto del Día Internacional de la Madre Tierra, ¿tienes algún consejo o mensaje que quieras transmitir?

R: Si tuviera que decir alguna frase o algo que destacar es que no tiene sentido pensar en el futuro si no disponemos de un entorno que vayamos a poder disfrutar. No me gustaría vivir en una nave espacial el día de mañana. Entiendo que eso sería como un autobús, la herramienta para llegar a algún lugar, pero ese lugar ya lo tenemos, es la Madre Tierra. Lo que tenemos que hacer es proteger este entorno para que sea habitable y cuidar lo que ya tenemos y funciona. Y no hablo solo de políticas verdes, sino también de políticas azules. El 60% de esta Madre Tierra es agua. Cuidemos también nuestros océanos, tratemos de innovar también ahí.

Estamos en un mercado global, pero igual tiene sentido desglobalizar algunas cosas y darle más importancia al producto de proximidad, al comercio de proximidad… Eso no quiere decir que no demos oportunidades a otros. Es responsabilidad de todos. La Tierra es un único planeta y días como estos son importantes. Desde Capital Verde tenemos actividades y seguiremos teniendo, porque es lo que nos ayuda a concienciar y si la gente está concienciada cuidará mejor del planeta. Si no, pasará por él y el impacto será como el que hemos tenido hasta ahora, que cualquier cosa vale. Pero ahora, cualquier cosa no vale.

P: Al hablar del Día Internacional de la Madre Tierra pensamos automáticamente en el ODS 13: Acción por el clima. ¿Desde València Capital Verde trabajáis con los ODS?

Con la Cátedra Kiwa y con muchos de nuestros agentes, siempre hemos tenido claro que todas las áreas de gobierno de la ciudad deben interactuar: hablamos de innovación, deporte, salud, cultura… Pero no solo durante este año, en el 2025, 2026, 2030, 2050… El planeta es el que es y tenemos que tratar de mejorarlo. Y la sostenibilidad es una necesidad continuada. Cada una de las áreas de gobierno tiene unos objetivos, como en cada Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS), pero para cuantificar necesitamos evaluar respecto a algo. Ahí tenemos varias variables, estamos en fase de estado del arte para ver qué hay, qué fuentes de datos tenemos y cómo las podemos utilizar para medir, evaluar y certificar cuánto de sostenible es València. Y también para poder comprarlo con otras ciudades.

Los ODS son importantes, por supuesto. Pero no solo los ODS sino cualquier herramienta que nos ayude a cuantificar y medir bien el impacto que tengo en mi ciudad y el impacto que tienen mis políticas para mejorar en mi día a día.

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Antonio García Vela, Director General de València Capital Verde Europea