Las auditorías a proveedores, llamadas también de segunda parte, tienen como objetivo evaluar la capacidad técnica y organizativa de una empresa para suministrar productos o servicios.
Es muy frecuente en procesos de subcontratación especialmente, donde el comportamiento del proveedor o subcontratista es crítico para el cliente, bien para garantizar el suministro o bien para garantizar el cumplimiento de las especificaciones del cliente o especificaciones legales.
Con esta actividad no sólo se garantiza al suministro, sino que se previenen posibles responsabilidades legales para el comprador.
Las grandes empresas suelen tener personal propio dedicado a esta actividad, generalmente del área de calidad; en pequeñas empresas que también necesitan desarrollar esta actividad es frecuente recurrir a servicios especializados.