30 marzo 2021

El lado humano y holístico de la certificación orgánica

¿Qué se necesita para llegar a ser un inspector orgánico?

Lo primero es tener una carrera afín con el sector agrícola, pecuario o ambiental. Sobre esa base, se construye dos aspectos importantes: la formación que da la empresa y las destrezas que cada uno adquiere con la práctica. Muchos inspectores inician con el programa de formación que la empresa tiene para su personal y que contemplaba el conocimiento de los procesos y de las diferentes normativas, para luego pasar al trabajo de campo. La etapa de inducción tarda unos meses, pero alcanzar las habilidades necesarias para manejar los procesos, toma más tiempo.

El trabajo consiste en cotejar la información que nos da el operador de la finca con lo que observamos en el recorrido de campo, luego, compaginamos estos datos para determinar si se cumple o no con los requisitos correspondientes a las normativas solicitadas.

Como en todo, las destrezas se van ganando con la experiencia y nunca se termina de aprender. Kiwa América Latina posee un plan de capacitación constante, de acuerdo con la dinámica de la actividad: nuevos tipos de cultivos y procesos, nuevos sistemas, cambios en las normativas, por mencionar algunos.

¿Cómo es un día en la vida de un inspector orgánico?

El día no tiene horario, hay que salir muy temprano o viajar en la víspera, depende del lugar donde se vaya a realizar la inspección. La visita de campo toma todo el día o buena parte de él. En la tarde o noche, se hace trabajo de oficina para recabar información o para resolver temas pendientes, y después, a elaborar los informes.

A menudo se trabaja los fines semana, pero a cambio, está la oportunidad de abrirse a muchos otros campos, viajar, conocer personas y experiencias. Es una vivencia muy grata y enriquecedora.

¿Cuáles son las decepciones y satisfacciones más frecuentes?

A veces, los procesos se vuelven un tanto engorrosos, por la cantidad de documentos que se debe gestionar, restando tiempo a la visita de corroboración en campo. Por otra parte, si bien la agricultura orgánica es un negocio, se puede apreciar que algunas personas o empresas van perdiendo de vista la convicción de los principios de la producción orgánica.

Sin embargo, la satisfacción es grande al ver proyectos que poseen una antigüedad relevante, han ido cambiando, mejorando sus procesos y fortaleciéndose en el tiempo. En algunos casos, los proyectos inician con la formación del inspector, empresas u organizaciones que acceden por primera vez a una certificación orgánica. Ahora son empresas sólidas, con una convicción plena de su hacer. Es un halago ser parte de la historia de las personas y de las empresas.

¿Cuál es el aporte que la certificación brinda a la sociedad?

Las agencias bridamos un servicio, que es garantizar que los productores cumplan los requisitos de la norma y entreguen un producto sano que no contamine el planeta, asegurarnos que los productos bajo nuestro control lleguen al consumidor con las garantías que él requiere.

Agradecimiento especial a David Flores – Kiwa Ecuador